AGRUPACIÓN POR CAPACIDADES (0.12)

Algunas escuelas agrupan a los estudiantes según sus logros y ajustan el plan de estudios en consecuencia. En las escuelas primarias, esta práctica comúnmente toma la forma de agrupaciones dentro de la capacidad de la clase (por ejemplo, 'baja', 'media' y 'alta'), mientras que en las escuelas secundarias esta práctica suele tomar la forma de agrupaciones entre clases.

Mientras que algunos ven la 'capacidad' como una propiedad fija e innata del individuo, más bien deberíamos considerar que la 'capacidad' se refiere a lo que un estudiante es capaz de hacer en un momento particular basado en alguna medida de logro.

En muchos casos se usa en relación con la lectura y las matemáticas, donde los grupos tienden a permanecer bastante estables a lo largo del tiempo. En la medida en que el contenido y/o la pedagogía se modifiquen para uno o más de los grupos de habilidades similares, esta práctica puede verse como una forma de diferenciación.

El rendimiento es la dimensión más visible de la diferencia de los estudiantes. Según Masters (2013), “en cualquier año escolar dado, los estudiantes más avanzados… pueden estar al menos cinco o seis años por delante de los estudiantes menos avanzados” (p. 3). Esta diferencia es aún más pronunciada en los años intermedios de la escolaridad, donde el rango de rendimiento en matemáticas en cada nivel de año puede ser de siete a ocho años en términos curriculares (Siemon, 2019).

Sin embargo, los estudiantes también difieren en cuanto a su desarrollo físico, social, cognitivo y emocional (Masters, 2013). Los estudiantes varían en cuanto a su preparación para aprender, intereses personales y enfoques preferidos de aprendizaje (Tomlinson, 2014), y cada una de estas diferencias puede estar influenciada por la cultura, el género y el entorno socioeconómico (Francis et al., 2019) .

Superficialmente, la noción de diferencia y preparación para aprender parece justificar el agrupamiento por capacidad sobre la base de que los docentes podrán modificar mejor el plan de estudios y su pedagogía para adaptarse a las necesidades de aprendizaje de todos los alumnos. Sin embargo, si bien esta práctica puede tener buenas intenciones, ignora los impactos de la agrupación por capacidades en la confianza y la predisposición para aprender de los estudiantes, lo que puede afectar seriamente su participación en la educación y la vida futura (p. ej., Anthony et al., 2019; Boaler, 2020; Kutnick et al., 2005; Zevenbergen, 2005). Esto sugiere que la evidencia debe ser considerada en dos partes: evidencia relacionada con el agrupamiento por capacidad y el logro y evidencia relacionada con el agrupamiento por capacidad y la equidad.

Para resumir, no hay evidencia que apoye el agrupamiento de capacidades entre clases sobre la base del logro. Si bien hay alguna evidencia que sugiere que formas particulares de agrupamiento por capacidad de clase pueden ser efectivas para mejorar los resultados de los estudiantes, las condiciones bajo las cuales se forman y operan estos grupos son altamente calificadas. Pero, con mucho, el argumento más destacado en contra de cualquier forma de agrupación de habilidades fijas es su impacto potencialmente destructivo en la equidad y el bienestar social y emocional de los estudiantes.


 

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