TELEVISIÓN (-0,18)

 Curiosísimo este apartado y es que, a pesar de formar parte de los efectos negativos (y además con una puntuación negativa que no deja lugar a dudas) sostener que la televisión tiene un efecto negativo en el aprendizaje del niño es un MITO. ¿Y cómo podemos casar una cosa con la otra? Pues como siempre, matizando. 

Intuitivamente, mucha gente tiene en mente la idea de la televisión como una caja tonta "lava-cerebros" que atonta a la gente en general y a los niños, siempre indefensos, en particular. Ciertamente, la programación actual en algunas cadenas estatales no ayuda para nada a quitar este sambenito, sino más bien a perpetuarlo, pero los efectos negativos (que existen) de la televisión en nuestra juventud lo son de manera indirecta: según John Hattie, la televisión actúa sobre el niño no como intuimos, sino de manera más prosaica: simplemente le quita tiempo para aprovecharlo aprendiendo de formas más productivas, como leyendo o desarrollando sus habilidades de comunicación y relación.

 

Ciertamente, la tele nos aliena y nos impide hacer ejercicio físico, leer o irnos con los amigos a la calle a charlar un buen rato o jugar. Limitar la exposición a ese aparato (y, por lógica, eso también incluiría ordenador, móvil y tablet) nos dará acceso a actividades más útiles y sanas. Así de sencillo, así de complicado.

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